lunes, 18 de mayo de 2020

Desahogo.

Daba tumbos en mi lucha existencial, lo cual hago continuamente porque casi todo me lo vuelvo a plantear. Un libro que leía, pag 478, casi al final, inglés, cerca del otoño de 1805, me hizo consultar otros y entré en crisis, por una mezcla de razones. Sobre todo con las opiniones de don Antonio de Escaño (no se cuantos españolitos saben quién viene siendo), mayor general de la Escuadra española en Trafalgar ..."el exigir del hombre más de lo que cabe en la naturaleza, o el querer que sea como desearía que fuese, y no como realmente es, figurándose un ente ideal, o un ente de razón, ha sido otro error muy capital y muy dominante en nuestra Marina"
Esto lo mezclé con whatsapp, desinformación actual, discursos de despedida reciente, comentarios caseros, ruedas de prensa, caceroladas, fases, y me vine abajo. Estuve tentado de llamar a algún amigo, pero me pareció indigno preocuparles con la que está cayendo y recordé que Julio Anguita había fallecido, como su hijo, sin que compartiesemos ideas políticas, sin quejarse. También Alfredo Pérez Rubalcaba, Alfonso Guerra (muy vivo y coleando) ahí está, y otros que creo compartían dignidad, sin dejar de ser de izquierdas o comunistas.¿ Por qué no se escucha a los que saben y no pretenden?
Leí lo que decía un amigo sobre Anguita:  "poseía unos fuertes valores heredados del espíritu militar de su familia, como "el honor, la importancia de la palabra dada, la lealtad, el cumplimiento de los acuerdos, la integridad, la hidalguía... Una impronta militar muy sobresaliente, no sólo por su abuelo y padre, sino también por una cultura política propia. Ése era su estilo de vida", asegura uno de sus amigos. En esa misma línea, Anguita veía la función pública como un deber y una obligación, es decir, "tenía una visión de la democracia muy a la griega: el que ejerce la función pública debe ser austero, transparente, coherente y debe tener plazo, o sea, no eternizarse en los cargos". 
Y así lo hizo, aseguran. Escaño estaría orgulloso.
Para colmo volvió a sonar Boccherini, por las calles de Madrid, me puse a llorar. Debe ser la primavera, el polen o escribir con música, me estoy ablandando.

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