lunes, 26 de junio de 2023

La cosecha.

 

Hay un disco en toda la historia de la música que me cautivó desde la primera vez que lo oí hace ya mucho, mucho tiempo Harvest, su autor un joven Neil Young entonces, para mi de lo mejor que he escuchado nunca. En Byron Bay hay un shire, como le llaman los ingleses, parecido a lo del señor de los anillos, idílico, con carreteras de las de antes. Hay un restaurant australiano de cierto nombre llamado Harvest Newrybar en el camino a Bangalow que  es una pequeña localidad de Nueva Gales del Sur, a unos 15 kms de Byron Bay, fundada allá por el siglo XIX, un lugar lleno de cosas que se llevan, tendencias de moda, cosas sanas, larga vida aburrida o no. Comes bien, sano, y la sorpresa fue un cantante, gringo, que vive como los hippies de antes que mientras tomas un café o un copazo se atreve con Old Man, Heart of Gold, Harvest Moon e incluso La Suite de Judy ojos azules sin Still, Crosby y Nash, él solo a pelo como los indios. Lo hace todo con su guitarra, armónica, voz y naturalidad, no se ni cuanto gana. Supongo que ha sido el cielo estrellado del hemisferio austral o el maldito Cariñena disfrazado de Penfolds o vaya usted a saber si esa australiana con aires nostálgicos en busca del tiempo perdido como los personajes de don Pedro Almodóvar cuando canta Veloso lo de la paloma, con su voz su alma.

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