Ballina se llama el aeropuerto de Byron Bay. Todo empezó con el Vice Almirante John Byron, abuelo del poeta, de esos que entran en la Royal Navy con 14 años, para pegarse de vez en cuando con los españoles, y/o franceses, como era habitual entonces. Tuvo una vida digna de un ofícial del siglo XVIII, entre combates, guerras o viajes de exploración, inspiró mucho a su famoso nieto poeta que no llegó a conocerle; el punto más al este de Australia lleva su nombre con un famoso faro. El pueblecito, por decir algo, en la actualidad no tiene más de diez mil habitantes, es lo que se llama un sitio cool de gente guapa, que te topas con ella a poco que abras los ojos, que no sabes a qué se dedican ni falta que hace. Estamos casi en invierno. Son más de 8 horas en coche para cubrir las 500 millas desde Sidney. El aeropuerto es de esos que no tienen fingers como la Ibiza de los sesenta, o La Parra, avión con escaleras, te puedes hacer fotos. Todo eso le da también cierto encanto. Ahora es invierno, cada uno viste como algo le da a entender, por la noche refresca, ahora 11 grados a las nueve de la mañana. son rubios y rubias, hacen surf, submarinismo y juegan con los tiburones de lejos. El paraíso cerca, informaré. Seguro que hubo uno en este planeta aunque fue por el Tigris y el Eúfatres, este es más de hoy.
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