En efecto en estas playas no hay chiringuitos y ¿Qué es una playa sin chiringuito? Cómo diría don Luis Sánchez Polack pues como un jardín sin flores o un matrimonio sin hijos... la oropéndola... el nandú. Conocí al líder de Los Refrescos, gallego, simpático, que cantaba lo de aquí no hay playa con razón, mi pueblo no tiene playa. Ya rechacé quedarme anclado en la Ibiza de los sesenta tan pura tan vacía o Mallorca en los setenta tan divertida diurna y nocturna sobre todo nocturna, el éxtasis de una ensaimada a las seis de la mañana en Babels y así han ido pasando sitios maravillosos hasta que el ser humano se los carga por el ansia viva. Hoy me ha parado la policía australiana, viernes, noche aunque el sol se pone a las cinco de la tarde, venía de una de las muchas tiendas de Dan Murphy proveedor famoso de spirits. Me han hecho soplar, a mí y a fe que he soplado, he pasado el examen. tenía tres botellas de vino de Adelaida Penfolds en el maletero, Cabernet Sauvignon y Shiraz las uvas, sin corcho, muy bueno. Nada que ver con un Rioja de mis entretelas o un Riberita, como dicen los camareros de Madrid no sé porqué o un Romanée Conti que nunca he catado que no sabría apreciar y menos pagar. No hay que ir pedir un buen arroz, queso asturiano, manchego, mahonés o Idaizabal, unos percebes o un salchichón de Vic. Hay que tomar lo que da la tierra, soplar lo que se pueda.
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