Ya está en el Mediterráneo Oriental, una unidad magnífica con todo lo que le rodea, no está sola. No quiere decir que vaya a intervenir, muy poco probablemente, pero ahí está. A miles de millas de su base, sin embargo su potencial es extraordinario. Hay que pensar que un elevado porcentaje de su ala embarcada estará operativa las 24 horas del día, el control del espacio aéreo en un paraguas de 500 millas o más alrededor del buque está garantizado, su protección de escoltas no permitirá que nadie incontrolado se acerque. Su propulsión nuclear le hace autónomo pero sus aviones gastan mucho JP-5 y alguien tiene que suministrárselo en la mar, tampoco su munición dura eternamente aunque puede que no la usen en este despliegue. Todo esto es disuasivo, casi siempre fue disuasivo. Así ha sido desde que estas plataformas se consolidaron. Ahora bien que nadie crea que es sencillo/barato llegar a este nivel de operatividad y eficacia, supone un trabajo muy profesional de hombres de mar, pilotos navales e infantes de marina que además se jugarán la vida en todos los momentos de la rutina diaria o nocturna de este tipo de unidades aunque no peguen un tiro. Conviene recordarlo. No hay enemigo en la mar ni en el aire pero la gran ventaja de las Armadas es estar ahí, por fuera de las aguas jurisdiccionales por si acaso, lo duro los muertos, las fotos, el final será en tierra. UK mandarán capacidades más pragmáticas a su nivel, sus portaaviones como el francés, ruso o los lejanos chinos no han sido probados realmente. De pronto Ucrania no existe.
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