Don Fernando Álvarez de Toledo nunca descansó, sirvió a su rey con todo su empeño, valor e inteligencia. Hay una unidad que lleva su nombre Tercio “Duque de Alba” 2º de La Legión. Los legionarios tienen mascotas, cabra, carnero, can o chivo qué más da, Pacoli en este caso es un chivo no expiatorio. En un bonito día de Madrid el 12 de Octubre se ha paseado por el Prado, Recoletos y la Castellana, inmutable, gallardo, valiente, como los legionarios con los que desfila. No se ha sentido impresionado ni por la presencia de Su Majestad ni por la belleza de la princesa, juventud, maneras y temple. Menos le ha impresionado el careto del presidente en funciones o sus pantalones mal cortados o las ausencias autonómicas. No se si Pacoli sabe quién es Txapote aunque da la impresión de importarle más bien poco. Pacoli estaba trabajando, concentrado disfrutando orgulloso. El momento más transcendental es cuando se ha rendido un homenaje a los caidos por España. No se si Pacoli lo ha visto por televisión o estaba mascando hierba, el caso es que Titan, Husky, Tom o Duque, este próximo a la jubilación, u otras mascotas de los Tercios le habrán contado de muchos legionarios que se incluyen en aquellos que dieron su vida por su patria y por el compañero de al lado, que es el verdadero espíritu legionario. Sin darse importancia, concentrado en sus obligaciones, Pacoli ha cumplido. Luego regresará a su paraiso en Ceuta, donde le tratan como a un rey y pensará en el rey ante el cual ha desfilado, en su hija y en la sinceridad, honestidad u honradez o no de todos aquellos que le han visto en directo o por televisión, se preguntará si estarán dispuestos a cumplir con su deber como él. De sus legionarios no tiene duda.
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