jueves, 3 de octubre de 2013

El absurdo debate de Casillas.

Casillas ha sido el portero titular del Madrid mucho tiempo, con diferentes entrenadores. Algunos no gustaban del portero, pero le mantenían porque a pesar de sus carencias no era crucial reemplazarle y podría representar un problema.
La masa, en general, siempre le apoyó. Cayó en gracia casi desde el inicio. Ha tenido mucha responsabilidad de los triunfos de España en dos Eurocopas y un Mundial, fué decisivo; estos éxitos , nunca alcanzados por la selección, le colocaron en un pedestal.
Al gozar de antigüedad en el equipo se convirtió en capitán. No es un hombre de carácter, personalidad fuerte o ideas interesantes, esa labor de capitán es una imposición del tiempo, no de sus cualidades. En el Madrid ser el portero y decisivo nunca ha sido sinónimo de buenos tiempos; si el portero es el figura es que algo anda mal. En un equipo lleno de forasteros, ese jovencito se convirtió en un símbolo. Resolvió partidos, pero nunca fueron bien recibidas las críticas de sus defectos conocidos ¿Quién iba a hablar mal de Casillas?
Llegó un entrenador, con muy mala imagen y enfrentado a la prensa, le sentó. No estoy seguro de todas las razones; pero coincido que algunas futbolísticas había, basado en mi contemplación de sus actuaciones.
El problema no es de fútbol, es de la manera de discutir y tratar de resolver los asuntos en nuestra querida España.
Creo que es un debate innecesario. Incluso suponiendo que fuese el mejor portero del mundo (el título en si no sirve para casi nada) hay que demostrarlo todos los días.
Ese rollo muy utilizado de ser el capitán hay que demostrarlo aún más, con gestos, personalidad, acciones, manera de tratar los problemas y otro tipo de talante. A lo mejor eso de llamar a Casillas como salvador o milagro quizás tiene connotaciones que están en la esencia de nuestro pueblo.
Que haga lo que le venga en gana, que se quede o se vaya, que se entrene bien y que trate de hacer las cosas lo mejor posible, que conserve esa suerte que le ha acompañado, que juegue si está bien; pero por mucho que se empeñen, a no ser que dé un cambio copérnico, nunca será un grande, completo, de la historia del Madrid. Tuvo sus oportunidades y muchas casualidades a favor.

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