miércoles, 9 de octubre de 2013

Llueve en el sur de California

Las calles mojadas de Los Angeles son una novedad. Todo está más verde. El servicio meteorológico se ha equivocado. Decía que estaría nublado, pero nada de lluvia, y ha llovido. No ha sido una lluvia de tormenta, ha sido fuerte y han bajado las temperaturas, no sé cuanto durará.
Decidí darme un paseo a The Grove, un shopping center, y me equivoqué. Me cruzaba con gente que empezaba a correr. Un bebé llevaba un paraguas grande en su cochecito y había que cederle el paso. Algunos árboles frondosos te protegían levemente.
Me metí por Melrose Ave porque hay tiendas, eran las 1030 y la mayoría de las tiendas de Melrose cerradas. Voy viendo los carteles que anuncian shows que van a salir pronto. Me miran los cuatro de Las Vegas: Douglas, Freeman (vestido informal), De Niro (con pajarita) y Kline (con barba). Al parecer es una película no sé si parecida a la de la resaca de unos en Las Vegas o algo así. Los estereotipos funcionan. La pose de los cuatro, sonrientes, desenfadados, relajados, ya aventura a unos señores de cierta edad que van a comportarse como los 4 tenores ¿qué se traen entre manos?. Dan la impresión que divertirse haciendo lo que les gusta y encima les pagan bien. Y pensar que Morgan Freeman estaba enfermo terminal en una película con Nickolson. En el poster-anuncio parece el chiquillo de los cuatro. Me protegí en un Barnes & Noble, puedes leer lo que quieras y tomar un café. Estas tiendas han ido perdiendo, internet se las carga; como si internet fuese un asesino culpable.
La comida en un japonés. Hay buenos restaurants japoneses y además nada caros. A mi derecha estaba Michael Rapaport, es el actor de Mighty Afrodite. conocido por  su enamoramiento de la chica. Trabaja en True Romance y muchas otras, siempre en un papel secundario. Alto, grande, rubio, muy informal vestido, con exceso de peso. ¡ Como cambian los actores,! Parecía mayor, los filtros de las cámaras y los retoques ayudan. Si se enterase de lo que escribo... a ella no la reconocí. 
Y seguían los posters, uno de drácula, con John Rhys Meyers y un bigotito muy cursi, el cuello inmaculado de la víctima y la mirada al espectador. Otro con un serie sobre una reina de los escocéses, para no ser menos que los Tudor; ella parece un poco salida de un bar de carretera manchega. En medio de La Brea, en Hollywood, te encuentras una fábrica enorme de cemento; las aceras grandes, compactas, sucias, con grasa, desgastadas, agrietadas y curvadas, necesitan mucho cemento. Se construye con rapidez, sin pretender realizar edificios eternos. Solares inmensos para naves de estudios de cine, también una escuela pública, un hospital y una sinagoga, que no todo es cine.


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