sábado, 12 de octubre de 2013

Fin de semana en Hollywood

Este sábado hace un día esplendido, fantástico, dicen que 23°C de máxima, aunque parece más por el fuerte sol. La verdad es que es un otoño cálido y agradable. Por la mañana un paseo hacia un Farmer Market en Sunset que funciona los sábados. Allí ví a Julia Roberts, supongo que de incógnito, nada que reseñar, fué America's sweet heart y supongo que eso dice todo.
En el mercado las cosas de comida son órganicas y caras. Los dependientes hispanos, chinos, coreanos y algún yankee de la época de Creedence Clearwater Revival, con sus barbas, sus gafitas de sol, su Harley aparcada y vendiendo artículos manuales de Ghana y de El Salvador. Dice que ha descubierto lo bien que trabajan esas cosas, excepto cuando los países del Africa Occidental tienen un campeonato de soccer.
Y los de California, o turistas, se pasean por esas calles que no hay mucho que pasear, porque no todo es Rodeo Drive. Si se sientan en terrazas a tomar el brunch y leer el periódico. Esa comida si la dominan. De hecho en cualquier película se ven cocinas espectaculares, magníficas. Si se fijan todas limpias. En un exceso se les ve haciendo unos huevos, pero lo demás son cereales, leche y zumo. ¿Para qué quieren esas cocinas, si no cocinan ? Dios da pan a quién no tiene hambre, en frase de mi santa madre. 
Ahora bien hay sitios fenomenales para el brunch del fin de semana. Desde el típico y clásico diner, hasta el más sofisticado, a mi me gusta el diner. El brunch es muy americano, aunque tomarlo todo los días deber ser duro. Unos huevos, bacon, tostadas y café americano. Un café que no me gusta nada normalmente, pero en el diner pido una segunda taza y repito tostadas con mantequilla. Esas cosas que se hacen fuera de tu habitat.
Lees algo, disfrutas del sol, y algún desgraciado/a, perseguido/a por la pureza de las leyes californianas se pone a fumar un cigarrillo, tranquilo/a desafiante. Y Bogart, Gable, Wayne o Cooper, allá donde estén, que no sé si estaran fumando, se rien pensando que en sus tiempo casi obligaban a fumar. El mismo sol, el mismo cielo.
Por la noche cena en el Château Marmont, sitio con alma, al aire libre, con calefactores y algunas mujeres piden mantas. De esos lugares a los que merece la pena ir. Marc, nuestro camrero es de St. Emilion, pero pido Marqués de Murrieta. ¡Qué agradable se está !

No hay comentarios:

Publicar un comentario