domingo, 28 de diciembre de 2014

Las montañas y la niebla de Afganistán.

Todo el mundo sabe cuando fue cometido el ataque terrorista contra edificios de New York y Washington por medio de aviones de pasajeros secuestrados; es una de esas preguntas que más acertarían los encuestados, sin importar su cultura, y probablemente costaría encontrar a alguien que no ha visto alguna vez The Twin Towers ardiendo y colapsando.
Los USA se consideraron legitimados para responder al ataque e ir a por los máximos responsables, supongo que hasta Mr. Obama hubiese hecho algo. Estos se exhibían,  con Bin Laden a la cabeza, protegidos por un gobierno llamado talibán en un país inhóspito y alejado de occidente llamado Afganistán.
Empezó Enduring Freedom, se sabía que sería una campaña larga y dura; se creó una coalición internacional; los US llevaron todo el peso; se utilizó el paraguas de la NATO otra vez en ISAF y ahora se deja Afganistán al casi total albedrío de sus habitantes
¿Quién ha ganado? ¿Ha acabado Enduring Freedom¿Es el mundo mejor, más seguro?
Me temo que con el paso de los años, trece años, lo esencial no ha variado; hay brotes en otros lugares, la misma cantinela. Siempre me he preguntado que debe hacer un buen musulmán...si esa guerra es en realidad santa.
Hay un factor que se impone. En esos lugares lejanos como Afganistán, y muy complicados como Pakistán, la gente tiene poco que perder; el pueblo lleva siglos acostumbrado a casi nada, a vivir el día a día, a sobrevivir y a contemplar la exhibición del mundo occidental en sus lujos y excesos. No hay mucha simpatía por esas formas, esa manera de hacer las cosas tan alejada de sus costumbres y creencias.
Los USA pusieron mucho en juego, se desgastaron, y se debilitaron. Cuentan con la mejor tecnología y medios materiales; el enemigo juega con el tiempo, todo el tiempo del mundo, a su favor y el desgaste que produce. Los esfuerzos por convencer sobre los principios democráticos no funcionan, mucho menos que el imponer su american way of life; tampoco se puede mirar a otro sitio y no involucrarse porque al final  acabas participando en peores condiciones. No es un dilema nuevo es una cuestión de intereses no de religión, aunque se utilice de pretexto.

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