domingo, 4 de enero de 2015

El violinista en el tejado.

Somos un poco equilibristas en nuestra vida. No es una existencia sencilla, está repleta de obstáculos, sorpresas, trampas y golpes de fortuna; nuestra condición humana nos traiciona o simplemente nos condiciona. 
En el circo los equilibristas se acostumbran a vivir de esa manera, algunos sin red y otros con red; los famosos obreros del skyline de Manhattan tomaban sus sandwiches sobre las vigas de acero a muchos cientos de pies del suelo, y algunos fallecieron, pero creo que no fue a la hora del almuerzo.
Hay quien dice que la vida empieza donde acaba el miedo; el miedo es muy humano, incluso cuando tenemos de todo, el anillo más preciado tenemos miedo de perderlo; nos entra pánico de perder cosas materiales que son perecederas que no podemos llevarnos a ninguna parte.
No hay que tener miedo a nada, sólo a nuestras propia estupidez.
Hoy en Valencia, en otro orden de cosas comienza 2015 para el Madrid. 
Campo lleno, afición entregada a los locales, deseos de ganarles, grandes deseos, varios jugadores en el Valencia que soñaron, pero no llegaron al primer equipo del Madrid, Enzo Pérez a demostrar que puede jugar en el Madrid, factores viejos y conocidos, más la incógnita del descanso Navideño. No les hace falta mayor motivación, su entrenador sólo debe controlar su ímpetu. 
La hora es de tarde de toros, los arroces estarán todavía en el estómago. Veremos si somos Noble & Bélico.

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