martes, 13 de enero de 2015

No estoy seguro de que todos seamos Charlie.

Hoy hace una semana que se iniciaron los sucesos de Paris, ya se ha enterrado a los muertos, que descansan en su paz; ha habido manifestaciones multitudinarias, mucho discurso, mucha palabra escrita, mucha reunión, mucho apoyo, y la vida continúa porque siempre continúa para los que siguen vivos.
Como cualquier semana Charlie Hebdo va a salir a la calle, pero no es una semana normal, el número de ejemplares será extraordinario, millonario, para recaudar dinero para las víctimas; la acogida mundial en cuatro idiomas y otra portada, otro dibujo; en este caso se dice que todo esta perdonado.
Hay muchas interpretaciones; a mi me parece que es borrón y cuenta nueva, dar otra oportunidad.
Según se lee en los Evangelios, sólo Dios puede perdonar y ya los fariseos acusaron al Nazareno de perdonar los pecados y Él les reto curando a los enfermos, resucitando muertos: Porque  ¿qué es más fácil decir, tus pecados te son perdonados o levántate y anda?
Ya aparecen al conocerse el dibujo de la portada las primeras reacciones, vienen de Egipto, no se si de la universidad, de los Hermanos Musulmanes, de esos musulmanes partidarios de Sayyid Qutb, que les dio la solución que Al Qaida sigue y al parecer no les gusta tampoco porque es ofensiva. 
Es decir no se puede dibujar al profeta y desde luego si se le dibuja no se en que circunstancias sería aceptable, pero me temo que en ninguna. Así pues tenemos otro problema.
En cualquier lugar del mundo islámico, probablemente en ese estado auto proclamado, en Yemen o en un desierto, en Pakistán o sus montañas con Afganistán o en una madraza, o en la mezquita más inofensiva, alguien concebirá la idea de matar a alguien y se quedará tan ancho y probablemente habrá que volver a perdonar, porque el ser humano, a veces es cerril y porque al fin y al cabo como dijo Osho "la vida comienza donde acaba el miedo" o algo así.

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