martes, 6 de enero de 2015

Los Reyes Magos y la Pascua Militar.

No hay momentos vividos para los niños mejor que la noche de Reyes, culminada con el despertar y los regalos, los pedidos o no, da igual. La ilusión, los sueños, el poder otorgado a estos visitantes que suben balcones, acampan camellos en terrazas y se toman un poco de turrón, sin ensuciar, es mágico; el sueño que no llega, los nervios, las disputas con los hermanos, los mayores listillos o protectores; creo que ninguna idea posterior condensa tanta fuerza, pureza y hermosura, algo que le otorga la inocencia de los niños.
Nunca quise saber la verdad que sospechaba, no me interesaba hablar del tema. Me parecía mejor lo de Peter Pan, el buque pirata navegando por los cielos, la estrella lejana, muy lejana, que incluía una isla maravillosa llena de aventuras. 
Los mayores se olvidaban de los Reyes Magos, de la ilusión, en cuanto se hacían un poco viejos de corazón, a veces muy jóvenes de edad. En lugar de un fuerte del Oeste, de unas pistolas de vaquero, de una tienda de indios (mi regalo soñado), hablaban de la Pascua Militar, sin entenderlo mucho. Y el tiempo ha pasado implacable.
Aquellos niños, hoy mayores, saben mucho, tienen mucha experiencia; saben del tema que yo no quería oír, saben quienes son los Reyes Magos y siguen sin saber que significa tener en tu país, en tu tierra en la sociedad que nos cobija, gente generosa dispuesta a dar su vida por los demás, allá donde haga falta en la primera o última acción.
La seguridad de todos será siempre una preocupación y debe ser una prioridad. No es este un mundo ideal, esta lleno de condición humana y es preciso actuar con equilibrio, racionalidad y sentido común. Desgraciadamente la condición humana nos crea enemigos y hay que estar preparados, sin aspavientos con tranquilidad, medios y sobre todo el apoyo y comprensión de tus compatriotas, todos, aquellos por los que están dispuestos a sacrificarse.
La identidad de los Reyes Magos la descubre demasiado pronto la picaresca hispana. El sentido de la vida militar es una signatura pendiente y ni Cervantes, aunque lo escribió en su libro inigualable, pudo enseñarlo

No hay comentarios:

Publicar un comentario