miércoles, 28 de enero de 2015

¿Se encontrará el espíritu de Cervantes?

Gobernar es lo importante, sobre todo si se hace bien, porque criticar al que gobierna sin alternativas, simplemente porque hay cosas que se hacen mal, no es muy complicado. 
Es raro encontrar a alguien en una posición de aspirante u opositor al gobierno, que alabe la forma, la dignidad de sus rivales al afrontar una situación, que analice sus dificultades, legado recibido y circunstancias en las que tuvo que moverse y tomar decisiones. 
Lo normal de los asesores, de las reuniones es que se discute la "estrategia" electoral; lo vital es lo que quiere la "mayoría", donde se puede hacer sangre, como restregar las cifras negativas, como lanzar mensajes que luego sean editoriales. Y estas editoriales, la mayoría, usarán el lenguaje conforme a sus intenciones e instintos.
Porque la palabra no siempre significa lo mismo.
En el Reino Unido si alguien llama "persona de color" a un hombre de raza nada tiene que disculparse, es un insulto, aunque haya buena intención; porque implica, al decirlo, que el negro aunque sea un color igual que lo es el blanco u otro color, es diferentes, es discriminatorio.
Más discriminación que existió en los campos de exterminio es difícil de alcanzar. Te gaseaban simplemente por ser judío o de otra raza, no aria.
Y nos recuerdan Auschwitz, el horror del Holocausto y las peticiones de los supervivientes entre olvidar y nunca olvidar, entre vivir y que nunca se repita. Ya las películas han recreado tan fielmente las escenas que cuando vemos una foto del pasado o la actualidad no sabemos si es ficción o realidad.
En el fondo son cuestiones que mezclan los odios raciales y la política. Temas sobre los que escribía Don Miguel de Cervantes, cuyos restos ( ¿Qué quedará?) se buscan afanosamente. 
Han encontrado un pedazo de madera, de un ataúd con las letras M.C. grabadas. Ese hombre que vivió su tiempo, de una España dominadora, exigente consigo misma y sin miedos insuperables, fue extraordinario testigo y cronista majestuoso y al final dejó para la posteridad las aventuras de un loco que recupera al final el sentido y mientras nos cuenta cosas fantásticas en el fondo y en la forma.
Si estudiásemos sus escritos, su pensamiento y vida, mejoraríamos en nuestro gobierno, nuestras expresiones y nuestras conductas, valdría la pena intentarlo. 

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