domingo, 8 de marzo de 2015

El populismo triunfa en las Españas.

El populismo defiende los intereses del pueblo, seguramente, al menos así se cree; pero la revolución francesa o aquellos padres fundadores de los USA también lo hacían todo por el pueblo, y para el pueblo, incluso con el pueblo. 
Alguien miente.
El pueblo, como un pobrecito, es utilizado hasta la extenuación, para lograr propósitos que no comulgan con los supuestos intereses del pueblo.
La democracia también deposita en el pueblo, en el voto, la capacidad para otorgar un gobierno representativo legítimo.
¿Es la democracia populista?
La democracia es mucho más que una palabra, es la búsqueda eterna del gobierno justo de los pueblos, requiere conocimientos, cultura, instrucción y reflexión. En algunos sitios si,  es populista, normalmente no son lugares anglosajones, ahí no triunfa el populismo.
En América Latina o HispanoAmérica, según las tendencias, han triunfado muchos movimientos populistas que gozaban del apoyo del pueblo, normalmente un pueblo sufridor, con niveles de pobreza altos, desamparado y olvidado por unos pocos poderosos que abusaban. 
El pueblo, crédulo o incrédulo cree en el discurso de los salvadores de patrias, porque el que nada tiene está dispuesto a creer en cualquier cosa.
¿Somos populistas los españolitos de hoy?  ¿No hemos aprendido?
Me temo que si lo somos y no sólo en política. Confundimos lo conocido, popular, de dominio público, con los intereses de los ciudadanos, por lo tanto se puede manipular fácilmente y los manipuladores no son de gran categoría. La corrupción, la ineficacia, los abusos se pueden cometer con populismo. Es fácil ser populista.

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