miércoles, 18 de marzo de 2015

Hasta para morirse hace falta suerte.

¡ Pobre Cervantes! En vida casi ni le hicieron caso y ahora se pegan por sus huesos; en esto tampoco tiene suerte el manco de Lepanto que nunca fue manco, aunque tuviese inmovilizado el brazo izquierdo a causa de una herida de guerra.
Asistí a la rueda de prensa de ayer de los expertos en varias disciplinas que han trabajado en una dura y exigente tarea.
Vi mucha carga política y menos mal que la alcaldesa no intervino.
Al equipo de investigación se le veía un tanto hartito de las elucubraciones o tonterías que aparecen con tanta frecuencia porque hay que informar.
El Dr Etxebarría, director del equipo y  hombre de ciencia estuvo magnífico. Los de las preguntas escuchaban cabreados por el tono y las sugerencias, retratados en su incultura generalizada (de muchos, desafortunadamente), por las lecciones sobre ciencia, metafísica, asertos, certeza científica; parecía la rueda de prensa de Florentino sobre signore Ancelotti si o no.
El fantasma de Alonso Quijana, probablemente, Quijada o Quesada, que en esto hay alguna diferencia,  a punto de aparecer y arremeter contra los medios, flotó en el escenario.
 ¡ Qué poco les gusta a los periodistas que les retraten! Claro ello deben informar pero no se informan ¿Cuántos habrán leído y sentido algo de Cervantes?
Shakespeare y Don Miguel tienen muchas cosas en común, glorias de las letras en sus idiomas respectivos, el inglés del bardo y el español de Cervantes, fechas coincidentes, enterrados en la iglesia de la Trinidad en Stratford o convento de las Trinitarias, porque aquel misterio que obsesionaba a San Agustín tenía su trascendencia en la época. Y además los ingleses les descubrieron a ambos;  los españolitos que ahora se preocupan tanto por unos huesos no hicieron caso de sus obras y genio hasta que los avispados ingleses se preocuparon por el autor del Quijote, allá por el siglo XVIII/XIX.
Menos huesos y más cultura, señores. Alguien dijo : tenemos que reconocer como somos y asumirlo. 
Creo que lo mismo pensaba Cervantes.

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