miércoles, 8 de marzo de 2017

El cierre.

Lo de la diferencia de huso horario, cuando son tantas horas, te cambia un poco, si te preocupa lo que pasa en otras partes. Tienes que adaptarte para ver un partido de fútbol a las 7am o a las 3am si estos de la Liga se empeñan. Cuando te vas a dormir el mundo se despierta en la vieja y civilizada Europa y llegan las noticias. Muchas de ellas importan poco por aquí, como no sea cosas de rusos; ni el Brexit que ya producirá pronto, es un suponer, alguna consecuencia.
Desayunando puedes consultar el mundo global que nos ocupa. Un desayuno sano de smoothie con espinacas, te sin nada, una tostada de integral con aceite de oliva español y la noticia es que Embassy, el de Ayala en Madrid cierra, cuestiones de dineros.
Mi santa madre lo recordaría con cariño, nostalgia y otra muesca que añadir a las experiencias de la vida. Si volvemos a pasar por allí diré: Ahi estaba Embassy.
Todo lo que había era bueno de calidad, no barato. quedarán otros Embassy en Madrid , con sus pastas, pero el de Ayala desaparece.
Ayer, pura coincidencia, escuchaba la música de Morricone en "Once upon a time in America", película casi perfecta. La música es del maestro italiano inspirada en Brooklyn. Recordaba el travelling del puente, las flautas, los coros y ese tono entre recuerdos de niñez  de esos niños de emigrantes judios o italianos, abriéndose paso. Ellos se pegan por un pastel que les otorgue los favores breves de una muchacha y al final eligen el pastel.
Cuando salía de mi Bronx y me iba a la calle Serrano, para intentar ligar con las niñas de por allí en Mozo, Serrano cincuenta, El Aguilucho, Samuel, etc... todo lo hubiese dejado por una pasta de Embassy.
Es una pena no saber tocar la flauta, ni ser Morricone.

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