miércoles, 15 de marzo de 2017

Lo que pase en Holanda.

Allí les llaman los Países Bajos y hubo una época donde nuestros intereses pasaban por sus brumas en Flandes, sus préstamos y su posición estratégica en La Mancha, el famoso canal.
Hoy toda la atención mediática se centra en sus elecciones.
Son un país pequeño, avanzado, de gran densidad de poblacion, que han superado con su diques los riesgos de su altitud, un país plano.
Siempre me han parecido una especie de ingleses - les admiran mucho- con matices. Es como si a través de guerras y disputas con los vecinos, hubiesen llegado a la conclusión de que casi siempre los de Londres tienen más razón, sentido común o pragmatismo, que otros que se confunden en sus quimeras. Además hablan un inglés de calidad y se entienden mejor.
En la Desunión Europea estuvieron por intereses, siempre con dudas y para hacer política lo primero era entenderse con los del otro lado del Canal y luego mirar a Alemania- nunca bien vista- y Francia.
Son prudentes, prácticos, fríos, reservados, abiertos en barras y cocktails; conscientes de su tamaño y las cartas que pueden jugar. No creo que piensen que el futuro está en Amsterdam, no quieren que les den mucho la lata.
El hecho de que ocupen portadas es causa del despiste general y la interpretación sujeta a las lentes nacionales que siempre difieren interesadamente.

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