domingo, 19 de marzo de 2017

El imperio se resiste.

Otro epitafio, esta vez Chuck Berry, un recuerdo a su música y los buenos momentos alrededor de ella, un sonido, una guitarra y una instantánea. Supongo que Angela Merkel y Donald Trump comentarían algo entre reuniones que no llevan a casi nada, ni a romper el hielo como en la Guerra Fría.
Hay una foto de la señora Merkel mirando a Mr. Trump que es un poema, una cara entre sorpresa y estupefacción como si no hubiese visto ya situaciones esperpenticas en su dilatada experiencia. La vi después de terminar de ver The Worricker trilogy.
Es británica, buenos actores, David Hare, dirige y escribe, va de espías, la comunidad de inteligencia y todo lo que los políticos ( UK/US) hacen para justificar su conducta por razones de seguridad. En este caso los de su graciosa majestad, principalmente. Como es lógico es ficción y uno se pregunta cuánto de realidad contiene, es inevitable.
Lo cierto es que tenemos una tendencia, sobre todo en el mundo sajón a buscar razones, a justificar las decisiones políticas, cuestión de principios democráticos, y lo primero es saber quiénes son el enemigo y los verdaderos peligros. Eso está muy bien , lo malo es la manipulación en nombre de la seguridad nacional.
Ya en aquellos tiempos de Guerra Fría me dio la impresión que se manipulaba mucho, en uno y otro lado, entre los buenos y los menos buenos. Y allí estaba Bond, James Bond, ligándose a cualquiera por England James. Quizás los espías, talluditos ya en el caso Worricker, no dan tanto el callo en los dormitorios, pero ligan; encanto natural, acento de Cambridge, educación refinada, buen vestir, estilo, a lo mejor son requisitos del MI5 y más señoras, mujeres que dan ese toque de retorcimiento femenino hasta llegar al poder.

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