viernes, 24 de marzo de 2017

Las viejas fotografías.

La búsqueda de la felicidad se ha vendido como el objetivo de los humanos.
Los animales puede que sean felices a su manera; su felicidad significa satisfacer sus necesidades, instintos. El Homo sapiens, por aquello de la capacidad de pensar, razonar, se complica más la existencia. El grupo leonas/leon es una unión feliz si cazan y están sanos, no necesitan mucho más; de hecho cazan las leonas y la masa del leon mantiene el territorio libre de extraños, solo el tiempo pone a cada uno en su sitio, y los nuevos machos siempre buscan mantener su sello y ADN.
El ser humano es infinitamente más complicado.
Los hay que piensan que está vida se acaba aquí, no hay nada más que lo que vemos, y sin embargo no se comportan con la lógica aplastante de los leones. Podríamos pensar en alguna persona -todos conocemos una- que en su honestidad intelectual cree que nació, ha vivido o vivirá una vida hasta la muerte y luego desaparecerá. Es una persona ya en su último tercio, con recuerdos que le quedan, achaques y esa imposibilidad de definir su existencia. No guarda rencores, está agradecida y en su balance se siente bien tratada. Sabe que muchos han sufrido mucho más, conoce casos desde el principio y no sabe las razones. Contempla una foto de cuando tenía 17 años, se sorprende de si misma; está con otros amigas, ella es la más joven, alguna ha fallecido y le choca ver que mientras están todos serios y atentos al objetivo ella juega y gasta una broma a la persona que tiene delante. Se queda pensando que los demás parecen muy felices y sonrientes, luego no ha sido así su vida. Quizás la vida allá que tomársela con filosofía, con humor y no creernos que somos tan importantes ni valemos tanto.
El blanco y negro nos envuelve a los orígenes donde todo era color.

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