miércoles, 1 de noviembre de 2017

En Wembley. Champions IV.

Es un estadio precioso el diseñado por Mr. Foster, en Londres, no tiene la magia del anterior de guerras mundiales, pero es bello.
A este escenario, de buen césped, llegábamos regular, con muchas dudas y los mismos jugadores de la Liga. En frente el Tottenham, que no es sólo Delle Ali y Harry Kane, aunque estos son bastantes buenos como han demostrado. Un equipo competitivo, bien entrenado y peligroso.
Los locales nos han jugado bien, conocedores de nuestros puntos débiles actuales , concentrados en Marcelo, como el más vulnerable. 
Nos han ganado bien, 3-1, con eficacia, clase, buena disciplina y comportamiento táctico. Nada que objetar. 
Van a salir líderes del grupo, casi seguro. De alguna forma tratan de incorporarse a la élite con este triunfo de prestigio.
Los problemas que tenemos son variados y ya mencionados. 
No hubo milagro por ser la Champions, ni mejoramos la puntería, ni los desmarques, ni el tono, ni la calidad de los centros. Pusieron sus ganas, pero no les luce nada. Casemiro se multiplicaba junto a Isco, pero Kroos y Modric no eran ellos mismos. Aquellos que el año pasado salían del banco o rotaban y se mostraba determinantes, hoy en día dan la sensación de tener delante una tarea que es imposible. Tampoco tenemos acierto cara al gol, ni suerte en los remates y cuando rematan bien, ahí está el portero rival;
S. Ramos. provocado y típico, no se fue a la calle por su reacción de milagro.
No es cuestión de milagros, es de recuperar la forma.

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