sábado, 25 de noviembre de 2017

Dad al César lo que es del César

Si no nos afectase el tiempo, no sólo el atmosférico, no seríamos humanos. 
Nuestra condición es humana,inevitable, categórico.
Hace un año, al parecer, que murió Fidel Castro, el cual representa muchas cosas y resulta que se me había olvidado. A mi Fidel no me caía mal, fundamentalmente era un puro animal político y sus intenciones, casi imposibles, tenían una ventaja y un gran inconveniente.
El obstáculo era la presencia del gigante USA a muy poca distancia, a favor, la disposición y carácter del pueblo cubano, único en muchos aspectos. No trato de hablar de Fidel. 
El caso es que se me había olvidado si fue hace un año o dos, hubiese dudado, no tenía referencias. Ni tampoco puede decir aquello de ¡Cómo pasa el tiempo! o ¡el tiempo vuela!
Es que estoy a otras cosas y su muerte no me impactó, me sirvió para recordar.
Quizás metido en ese goteo/pesadez estomacal/bombardeo del procés, perdemos la noción del tiempo. 
Mientras los extremistas islámicos matan a muchas personas en un mezquita en el Sinaí, y no mataron más porque cualquier capacidad tiene un límite. Resulta que los sufis si son musulmanes de paz, porque sólo miran hacia dentro del ser humano, no hacía fuera, es decir no hacen política. A veces, algunos, en estas cuestiones del Islam, confunden. 
El islam es  una religión, pero es política y aquí comienzan los problemas, las incoherencias. Igual le pasaría al catolicismo si se metiese o cuando se mete en política o a los curas de Cataluña que salen justificando el procés, controlando votaciones o manipulando. Todo tan viejo, tan repetitivo y cansino.
Dad al César lo que es del César

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