martes, 2 de enero de 2018

La muerte es sólo un trámite.

No acierto a entender bien la frase, la muerte es sólo un trámite, porque no cierra el debate sobre lo que hay después de la muerte, pero algo de control de pasaportes si que tiene. Es como un viaje que vamos a emprender, en una cola donde estamos todos desde el día que nacemos, miembros o no miembros de la Desunión Europea.
Hoy, con las maletas sin deshacer, recibo uno de esos whatsapp de grupos, que tanto florecen, donde me comunican el fallecimiento de  una persona, con la que aprendí cosas, una persona que me sorprendió en algunas facetas de su experiencia profesional y al cual entendía con claridad. No creo que fue considerado en su justa medida.
Quizás me haya quedado sorprendido porque no sabía que estuviese enfermo, aunque a estas horas todavía desconozco las causas. Y claro el mundo responde que se ha ido joven, con mucha vida por delante, como si pudiesemos añadir un segundo a nuestra causa en favor de la inmortalidad.
Casi sin darte cuenta estás de vuelta en las Españas. 
Todo sigue igual. 
Hemos entrado ya en 2018 que no sé como será y no detecto cambios.  ¿Cómo se hubiesen producidos esos cambios?  ¿Por qué ?
Veo que se envidia que en algunos lugares de nuestra tierra haya gente en manga corta y llamamos frío a una temperatura baja, que se combate sin grandes despliegues, no como sucede por donde he pasado y dejado, donde este fin de semana próximo las temperaturas en 24 horas rondarán entre -23 y -28 grados centígrados. Todo muy relativo.

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