martes, 7 de agosto de 2018

Frankensteins modernos.

Creamos monstruos cada día. El miedo es un peligro que complica mucho los riesgos que asumimos. Antes yo tenía mucho miedo o ¿ era cuando era pequeño?
Los valientes me llamaban mucho la atención porque pensaba que no tenían miedo, luego descubrí que también lo sienten, pero sin afectar a su pulso o sus decisiones, todo es acostumbrase un poco.
El miedo es lo contrario a la generosidad, los generosos no tienen miedo y a lo mejor es porque no piensan mucho en ellos mismos; generosidad y falta de egoísmo para mejorar un poco la vida con los demás.
Un individuo me ha contado el caso de uno de sus hijos que vive bien, feliz supongo, buen trabajo, buen salario aquí en USA, dólares que entran, aunque no suficientes, una hipoteca, una familia, empezando. A este hijo le gustaría mejorar su vivienda y para eso necesita dólares frescos. Le pide al padre que vende una de sus propiedades y lo reparta con sus hermanos para así mejorar de casa., no que le preste dinero. No llega al caso del hijo pródigo porque no pide la mitad de la herencia. El padre, no el de la parábola, me pide mi opinión. Su hijo era una persona desprendida y generosa, ahora con las circunstancias familiares está feliz pero vive agobiado, se ha vuelto egoísta y mira solo por lo suyo. No creo que se le de el capricho, ya que no hablamos de una persona que le sobre y debe pensar en los años que le queden. Las justificaciones del hijo arreglando la vida del padre denotaban miedo y obsesión.

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