Pocas cosas hay tan gratificantes como una buena historia, una broma ingeniosa, un chiste, un detalle, son muy pocos los que tiene esa capacidad de hacer reir, ser ocurrentes, divertidos y si encima son inteligentes, pues imaginense.
Por ejemplo Torrá o el ex Puigdemont, o el presidente del Parlament, marioneta de su destino, tienen menos gracia que Oriol Junquera que siempre he pensado que ganaría en el cara a cara. Es una pena que no tengamos a Julius Henry Marx, más conocido como Groucho, para decirnos donde está la mejor definición de algo inteligente.
Woody Allen supuso para mi el encuentro con la esperanza cuando descubri a un tipo joven, inteligente, que me hacía reir, de otra manera, pero me reía. Los hermanos Marx, con Groucho a la cabeza, hacía mucho que se dedicaban a vivir. de las rentas o de la fama. Ese mismo Allen, ya octagenario, no consigue hacer otra película porque esta en esa lista negra de persona non grata. Por lo tanto cuesta encontrar a esos tipos irrepetibles.
La percepción de los políticos mejoraría con un don Luis Sánchez Polack, calro que es imposible proque los humoristas se dedican a cambiar la realidad, caricaturizar, distorsionar, con la intención de hacer ver lo que no queremos
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