sábado, 11 de enero de 2020

Joker.

Ya comenté que en los Golden Globe no gané las apuestas, aunque estuve cerca, incluso los ganadores fallaron, muchos errores se cometieron. Me faltaban por ver dos películas, 1917 y Joker, ambas hubiesen supuesto un cambio en mi estimación.
Dejemos los temas de ambas obras. Puede que el personal no quiera películas de guerra, menos de la Gran Guerra, de trincheras interminables, masacres repetidas, inmovilismo en el frente, política en las capitales, no soluciones no progreso de verdad. Puede que tampoco la masa se sienta atraid por un personaje de comic, superhéroe, repetido, disparatado. Si va al cine con esos prejuicios no llegará a entrar en la sala. Lo curioso es que "1917" o "Joker" son, tienen, lo esencial de una buena película: un buen guión, una historia que contar. Un buen director que quiere contarla con pasión, talento, gusto. Unos actores profesionales, convencidos, no sólo por los dólares, música, cinemtografía, decorados, vestuario, efectos, todo contribuye. Luego, a veces, sale una película redonda. 
Te das cuenta que la Primera Guerra Mundial tuvo sus héroes, como todas las guerras, comportamientos dignos del ser humano, intentar dar un sentido a la vida dentro del caos, vorágine, horror.
Joker, profundiza mucho más en el interior de un ser humano de vida desgraciada, maltratado, enfermo, acorralado. Aquí, además, Joaquín Phoenix, se apodera del personaje, él es The Joker. La Academia de Hollywood no va a tener ningún problema en este apartado, como si se presentase el mismísimo Daniel Day-Lewis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario