jueves, 30 de enero de 2020

La hora del té en London, UK.

Bueno, ladies & gentlemen llegó el Brexit. Y yo con estos pelos. 
La verdad es que no se me mueven muchos músculos. La razón principal es que nunca me pareció que los británicos formasen parte "real" de la UE, ellos estaban como todos por el interés te quiero Andrés, pero a diferencia del resto siempre barajaron otras opciones, son más capaces, ideas más claras, menos complejos, las explican en su idioma. Su entrada fue forzada, sin convencimiento, el euro no aceptado, políticamente siempre poniendo piedras, no les interesa esa idea de una Europa de verdad unida, no quieren perder su identidad o los que les queda. Militarmente lo que hacía la llamada Unión Europea era como un juego para lavar la cara. El problema es que el "resto de Europa" va a remolque, no hay una idea central, es elegir lo menos malo, no hay sacrificio ni colectivo ni individual.
Visto con perspectiva histórica es un paso más. El resto si que deberían preguntarse ¿a dónde vamos? Claro que ves el parlamento europeo, quién está allí y ...te quedas poco esperanzado.
Habrá una "factura", discusiones, otros cambalaches, no importa buscarán el dinero, las libras en forma de dólares, aunque haya impeachment, venga una demócrata, habrá trato preferencial para ayudar a los primos del otro lado del Atlántico a salir del bache. Buscarán oportunidades donde sea, rastrearan la situación mundial, sobrevivirán, no me cabe la menor duda, lo que desconozco es el tiempo que tardarán. No se si habrá otros Beatles, si volverán los sesenta, si Bond será una mujer, ni si The Queen, pronunciará su discurso anual con más de 100 años afirmando que lo de annus horribilis son pasado reciente y lo que queda del imperio navega viento en popa. Estos ingleses son siempre un duro rival que no perdonan, los españoles, la inmensa mayoría no lo entienden, debe ser la pronunciación.

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