viernes, 3 de enero de 2020

Stars War, el lado oscuro y la fuerza en la guerra por las Moncloas.

En un lago helado, Big Bear, haciendo fotos, auxilié a una familia americana de la zona a hacerse una, ellos extrañados de ver a uno de Madrid por esos parajes blancos me preguntaban por mi patria. Alguno del grupo conocía Alcalá, Toledo, Barcelona, a los otros les gustaría ir a España, me expresaron los tópicos americanos sobre nuestra nación. El lago helado es peligroso, lleno de carteles prohibiendo andar sobre el hielo, la gente andaba temeraria, como los políticos españoles, sobre la delgada o gruesa capa. 
Mientras me llenan de whatsapps sobre lo que se está cociendo en España, estado, monarquía, constitución, soberanía, referendum pactado,  opiniones en un sólo sentido que anuncian desastre, Especial Nochevieja de Mota, manifestaciones pesimistas de gente de distinto pelaje, bromas del pasado, chascarrillos, todo apuntando en una muy poco recomendable dirección. Los que se supone partidarios de los arreglos publicados con independentistas (gobierno incluido), no sueltan prenda. Sale lo acordado entre partidos, nadie habla. En el Episodio IX de Stars War, película que no me ha gustado, #Metoo de un lado, Disney su público/sus dineros por otro, resulta que el malo Palpatine quiere seguir siéndolo después de muerto (eso es agarrarse al sillón), llega una yedi por el mundo políticamente correcto de Holllywood que se vive en USA, y confiesa al final que, aunque era nieta del emperador, su apellido es Skywalker, no quiere ver nada con el lado oscuro. Ese Palpatine, hecho un trapo, con una vejez horrible, quería perpeturase en las galaxias sin necesidad de manual de resistencia. El mundo de las películas es ficción, Los Reyes Magos, el sueño inigualable de la inocencia infantil, llegarán a España, no saben lo que se encontrarán, de pequeños poníamos agua para los camellos, yo voy a ponerles un orujo y tomarme otro de paso.

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