martes, 12 de septiembre de 2023

El que no llora...

No recuerdo yo que mis ancestros hablasen mucho de ..."en mis tiempos". Mi mamá precisaba de mis preguntas para contarme sus vivencias y a mi me gustaba conocer esas historias, supongo que como cualquier hijo de vecino. Mi padre si contaba sus batallas siempre omitiendo cualquier capítulo que implicase una descripción de la cruda realidad. Un tema, desde luego, era la guerra Civil y luego WWII, Unión Soviética y otros muchos escenarios de la familia. Sólo los seis últimos meses del 36 daban para mucho, sin embargo no se mencionaba nada trágico, ni el peligro de muerte inminente, cárceles, ni el hambre ni el miedo. Luego, a posteriori, se consideraban supervivientes de una época y desgraciados porque su juventud había sido perdida o malgastada. Al final, en su vejez, si había quejas como si nadie les agradeciese nada. Bueno quizá sea ley de vida, igual sucederá a los que vienen detrás, nosotros. Hay la sensación que cada generación vive mejor que la anterior y eso se llama progreso, es cierto en muchos aspectos. Para mi es impresionante que nunca oi quejarse a ninguna de mis dos abuelas, aunque estremecería oir el relato de su existencia, nunca una queja. La queja está a la orden del día, nos quejamos de casi todo. ¿perdemos mucho tiempo con nuestras lamentaciones, lloros en lugar de consagrar nuestras energías en encontrar soluciones a los problemas? ¿Nos lamentamos demasiado los humanos, lo hacemos cada vez más, es una consecuencia de lo bien que hemos vivido, vivimos, algunos? Hay alguien que cuando hablamos de cualquier tema me insiste que no hay que generalizar, acaba argumentando que hay de todo hay gente para todo. Como en botica.

 

Siempre hay que buscar soluciones no excusas

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