No he visto nada en directo ni imágenes del espectáculo en el Congreso llamado sesión de investidura, sin que al parecer haya remotas posibilidades de investir a nadie que no sea Sánchez. He leído los medios digitales, periódicos de Madrid. No tengo ni idea, no sabía, ni sé ni interesa, quién era el individuo que ha replicado al candidato en nombre del PSOE. Han intervenido todos los que van a apoyar al próximo candidato cuando acabe esta farándula, cada uno con su lengua permitida, pinganillo, tópicos y típicos. La verdad es que es una papeleta. No es que en lo que yo he conocido de debate parlamentario haya gozado de grandes ideas, oradores o momento, no es que Feijóo ilumine es que lo de Sánchez es muy fuerte. Casi siempre vulgaridad, pobre uso del castellano, pocas ideas. Eso si mucho darle la vuelta a asuntos muy repetitivos, dependiendo del oportunismo, y manipulación de lo que hiciese falta, incluida la Historia. En el fondo me recuerda el chiste del alumno ignorante que le están soplando las respuestas sus amigos y le preguntan que mencione los huesos del oido. Ya saben... martillo, yunke, lentricular, estribo, esos huesecillos de curiosas formas. El zafío, vago, futuro médico, se lanza crecido ante el reconocimiento del catedrático sobre la exactitud de las dos primeras respuestas-sopladas y añade de su cosecha: "las pelotillas de Buda, los cojones de Mahoma,...como usted se lo cree todo". Pues eso. Un chiste de otra época en una España rancia, un Congreso rancio, autonomías casposas, insensatez plena.
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