Me cuesta imaginarme como era la vida cotidiana, de una persona digamos normal hace años, muchos años, sobre todo sin casi evidencias históricas. El cine, la imaginación de los creadores, pueden ayudar con una versión que no soy capaz de decir cuanto se parece a la realidad o si importa mucho. Hablando de cine el gran autor Mr Woody Allen va al festival de Venezia, le gusta mucho la ciudad como a todos nosotros, le acogen bien. Mi sorpresa es que alguien le pregunte sobre Rubiales, ya saben el del beso, el beso. El nominado a tantos Oscars por sus guiones, el intelectual de NY, el judío, el brillante cómico que me hizo reir después de Groucho de otra manera, ha tenido muchos problemas por sus relaciones con las mujeres, en especial con una, desde luego tiene personalidad. Va camino de los 88 y aclarando que no sabe detalles del tema, afirma que dar un beso en público delante de todo el mundo (la televisión por medio lo confirma) no es con nocturnidad, alevosía ni en el despacho del jefe, no debería significar el despido de tu trabajo. Allen quizá debería haber eludido la respuesta que ha provocado la calumnia/insulto de Echenique, siempre tan agudo, o quizá tenga razón porque, concentrados en el ósculo, seguimos sin hablar de la calidad/eficacia/maneras del trabajo de Rubiales. Otro creador Ridley Scott hace hablar a Moisés con su adolescente hijo Gerson al pie del Sinai, le aconseja que no se preocupe, ni se amilane, cuando no piense como los demás. Ya ha subido al monte prohibido, algo ha pasado, todavía no ha regresado a Egipto. No es mal consejo si eres honesto contigo mismo, puede que veas las cosas diferentes, no entiendas a los otros. A mi me sucede muy a menudo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario