viernes, 3 de junio de 2016

Ave, César.

De pronto te ves en el aeropuerto, en este caso en la terminal Tom Bradley de LA, como Bruce Willis en "Die hard 2" y te montan en un avión. 
Ya no me parece casi un milagro lo de volar pero hacerlo con tanta facilidad no acaba de sorprenderme. Todavía quedan horas de vuelo hasta llegar al Atlántico por Canada, sólo para constatar que este país en busca de otro presidente es un auténtico gigante, grande, inmenso.
Por cierto que Mr. Trump debe dar miedo a muchos ya que empiezan a decir que se opone a la Primera Enmienda o matizan sus palabras que provocan dudas hasta donde pensaría llegar...si le dejasen. Creo que cuando le confirmen como candidato empezará otra carrera, otra historia, otro discurso. 
En medio del territorio continental de US, empezando en Utah y acabando en los Grandes Lagos, he visto la última peli de los Coen y, como casi todo lo que han hecho me ha gustado. No es topo top que diría  Mourinho, pero me gusta como escriben, como ruedan, lo que dicen y mucho más lo que no dicen.
Se llama "Hail, Cesar" y trata de tantas cosas. Época dorada de Hollywood, escritores comunistas, el objetivo de hacer una película, contar una historia, el dinero, los actores que no saben actuar, los directores que se creen más de lo que son y lo que manejan los hilos. Siempre hay quien maneja los hilos.
Está rodada en Hollywood, desde los estudios hasta los exteriores, en lugares muy conocidos, que me resultaban familiares; con excelentes actores que no tienen que recorrer muchas millas para hacer unos dólares y pueden dormir en casa, o viene de England y no les importa en absoluto como Fiennes.
La verdad es que, como he dicho muchas veces, el cine da para hacer una película sobre el cine y a la vez hacerte pensar.

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