miércoles, 22 de junio de 2016

No quiero ser mayor.

La inocencia es algo que no debería perderse, de pequeño me hubiese enfadado sin entender lo que pasaba, sólo el resultado.
Vi el Croacia-España de la Eurocopa, ya clasificados, donde lo importante era seguir primeros para evitar cruces malsanos, en principio más complicados.
No quiero escribir sobre el seleccionador, ni señalar a jugadores ni a los comentaristas, además estamos clasificados y todo se puede ganar.
Metimos un buen gol, la pelota era nuestra y a mi aquello no me gustaba nada, debo ser muy rarito.
Si me gustaba Croacia con sus ausencias importantes, de Modric y cuatro más. Era un equipo, una acordeón que se desplegaba y replegaba de forma armoniosa, todos a un nivel parejo. Me parecía que estaban en mejor forma física según transcurría el partido.
Entre los nuestros Silva y Cesc me agradaban, pero los laterales subían mucho, ver conducir tanto a S. Ramos me daba grima, Iniesta estaba mejor vigilado; Nolito y Morata se mataban, Busquets se veía un tanto sólo en defensa, muchas veces nos cogían descolocados.
Marcaron en ese momento que se dice psicológico del final de la primera parte.
No hubo cambios, es como si España pensase que todo iba bien. 
Yo les veía inferiores, con una absurda posesión, sin peligro, pero un gol puede llegar en cualquier momento. El penalty fue pitado, otras veces no lo pitan. Veo que S.Ramos va decidido al balón; es como un legionario de Melilla, nunca hubiese llegado a jefe del Tercio ¿Pregunté a mis colegas si no había otro? Antes casi tira una falta. Me acordé de cuando Butragueño y Raúl dejaron de tirar penaltys, porque no lo hacían con seguridad.
Y llegó otro gol, muy al final, por parte de ellos y en un excelente contraataque, donde al lateral derecho nuestro le sacaron metros, ya antes de llegar a la mitad del campo. 
Todo el mundo llegó tarde, incluso de Gea para tapar el palo corto. El otro equipo también juega y no es lo mismo uno que otro.
Para los croatas, perfecto.

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