Me recomendaron ver un documental de Anderson Cooper, el brillante periodista norteamericano, titulado "Nothing left unsaid".
Protagonista su madre, Gloria Vanderbilt, millonaria desde la cuna, 91 años cuando lo hicieron y una vida de hechos que marcan, tiempos excitantes, países, viajes, varios matrimonios, desgracias difíciles de superar, y anécdotas alrededor de gente famosa.
El mérito es del periodista y su madre; las conclusiones las dejo para los espectadores que vean las casi dos horas de entrevista, fotos y recuerdos.
Lo que me llama la atención es que da para hablar, porque aunque el título sugiera que nada queda sin decir, a mi se me ocurrían muchas, muchas preguntas.
Me pasa cada vez más, cada vez que me cuentan algo que sucede a las personas, que sorprende; comportamientos, o hechos, que nadie acierta a decir el porqué.
En eso hay que coincidir con Anderson Cooper que afirma que hay que saber vivir sin un porqué.
Si se acepta esta premisa todo es má sencillo. No tenemos respuesta exacta para muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor y me refiero a los comportamientos de personas cercanas, familiares o amigos. No somos tan listos como Holmes y normalmente no conocemos las razones, el completo background, aunque en el mejor de los casos conozcamos los hechos.
A lo mejor un historiador como Kershaw, u otro moderno, continúa dándole vueltas a la Europa del siglo XX buscando una explicación, un porqué, a tanta guerra y destrucción. Como profesional escribe y escribe, vive de ello y nos ilustra, trata de resumir y concentrarse en las razones principales y seguramente su análisis es correcto y se acerca a la verdad.
En la vida diaria no podemos escribir un libro de cada persona o de un acontecimiento particular. Nos quedamos con las conversaciones de barra, las pesadillas nocturnas y los porqués incompletos.
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