lunes, 18 de febrero de 2019

Elecciones a la carrera, dibujos animados S.A.

Las elecciones no son sólo un día, sino la matraca de la campaña con el agravante que llevamos mucho tiempo en campaña. Pienso que para aquellos españoles que ven la televisión ( es lavado a través de imagen y sonido) debe ser un auténtico martirio.
El problema de las campañas electorales no es su duración (que también), sino la cantidad de medias verdades o promesas lanzadas al viento, como en el amor. Ante la primera predisposición de ese grupo de españoles, (incluidos los que no quieren serlo) llamados políticos, me vuelvo a quedar con la cara de Jim Carey en The Mask
Son unas elecciones para decidir el gobierno de España durante cuatro teóricos (esto no es USA) años. Venimos de lo que vinimos y los últimos meses han sido el ejemplo, uno de ellos, de como no bastan las matemáticas para intentar gobernar, aunque hay que contar con ellas.
El asunto más grave, con diferencia, por sus consecuencias e implicaciones, es el deseo de unos políticos de Cataluña, en el gobierno de la región o juzgados, de separarse del resto ¿Siguen con la intención? ¿En qué consiste el diálogo exactamente?
Aunque traten de ocultar o difuminar la auténtica tragedia con otros problemas como el paro, la desigualdad, la enseñanza, vivienda digna, pensiones, corrupción, feminismo, violencia de género, traslado de restos o los arbitrajes y la tecnología, todo pasa a un segundo plano como queda reflejado en la cara de los políticos. 
Si diésemos el problema como resuelto, esos que se llaman derechas o izquierdas, conservadores o social democracia, extrema derecha o izquierda, totalitarismo camuflados, o demagogia vacía que los engloba generalmente, pasarían a un plano menor. El español de bien votaría a unos u otros porque acertarían o se equivocarían, pero el ciudadano seguiría conviviendo en su España, con otra oportunidad a los cuatros años siguientes de ponerles de patitas en la calle.

No hay comentarios:

Publicar un comentario