domingo, 17 de febrero de 2019

¡ Vaya petardo! Coliseo romano XIII

Iba al campo a esa hora tan extraña del medio día, un tanto destemplado, con frío y no queriendo pasar más. Jugaba el Girona, que ya habíamos ganado tres veces esta temporada, que hacía muchas jornadas que no ganaba a nadie, que me dice poco y sin embargo el campos estaba receptivo. El fútbol es cosa de dos y lo que uno haga puede repercutir en el otro, en cualquier sentido. Las razones del desplome son varias, individuales y colectivas
Sacamos un equipo con "rotaciones", los laterales son suplentes bajo observación, como uno de los centrocampistas y un delantero. Se sabía que los partidos anteriores habíamos sido competitivos. No me encantaba lo que veía, pero se luchaba.
Me estaba durmiendo en eso de la segunda mitad cuando hicimos un penalty, que supuso el 1-1. Ya pensaba que el centro del campo se había caído hacía algunos minutos, los laterales defensivamente un coladero, no se entraba a por la pelota, mal asunto si Varane o Ramos tenían que dar pases profundos, Benzema no puede hacerlo todo, los cambios, empezando por el de L.Vázquez sólo empeoraron la producción global. Además no tenemos gol, no señor, Otro partido infumable como los de meses pasados, simplemente porque sólo la camiseta y el escudo se parecen algo al Madrid.
No se lo que dirán los expertos, pero no se puede jugar así sin tantos jugadores por debajo de un nivel competitivo, hacemos bueno a cualquiera. No pienso meterme con Marcelo ( ya opinaba en época de Mourinho cuando trajeron a Coentrao, luego cuando fue suplente en Lisboa y entendía que no jugase con Brasil, ahora es ya más dramático y penoso de ver). No es solamente este defensa. Como se crean que van a ganar por andar por el césped pasan estas cosas y claro que el entrenador lo sabe, lo ve y no reacciona ¿por qué?
Hay que tomar las medidas antes.
El 1-2, los agujeros en defensa, la impotencia en ataque, la falta de competitividad, la expulsión de S. Ramos (¿qué número?) son consecuencias de no poder solucionar el problema. En el minuto 81, yo ya había abandonado el campo.

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