jueves, 28 de febrero de 2019

Españolito que vienes al mundo. El juez Marchena

Debo reconocer que siempre me ha preocupado, fascinado, intrigado, encontrar una definición un sentido (si lo tiene) a ser español. Si fuese de otra nacionalidad supongo que me hubiese ocupado de otro asunto. 
De las primeras cosas que aprendi en Historia de España fue la política matrimonial de los Reyes Católicos que nos enseñó un profesor con 13 años y que era pregunta segura de examen, condición para pasar. El cardenal Cisneros tenía mucho que ver. Esa política de alianzas/enlaces de sus cinco hijos gozaba de mucho sentido, Europa se controlaba. Luego el hombre propone y Dios dispone, que diría Sánchez en sus citas, atribuyéndosela al Ser Supremo.
No bastó el buen hacer de Carlos V. Las guerras, los descubrimiento, la Reforma y Contrarreforma, el desgaste, los enemigos, errores y aciertos, nos llevaron a una cima inesperada y a una caída larga. Otros nos reemplazaron. Ha quedado un carácter, una forma de ser, junto a unos tópicos.
Así nos iba definiendo ayer, fregando platos, un hombre jubilado, currante, que se dedica ahora a dar clases de inglés:
"Resulta que somos, quizá, el país (incluidos los independentistas catalanes y otro ) con mayor calidad de vida, también vivimos muchos años. No nos suicidamos tanto como los deprimidos nórdicos, tenemos sol, luz, variedad de alimentos. No vamos más acelerados que los alemanes que nos entienden como los japoneses. Hay desayuno corto, algo en medio, aperitivos, vinos, largas sobremesas, mucho alrededor de una mesa. No somos tan bebedores como los sajones. Nos gusta hablar, charlar, cotillear. Malos para la crítica , nos pone a la defensiva. Somos besucones, prontos al llanto y a la compasión, demagogos más que demócratas, populistas, idealistas sin ideales. Acogemos a turistas y personas, desconocidos, que metemos en casa con poco criterio. Somos ruidosos, amables. Trabajamos y rendimos mejor fuera. Somos Mediterráneos, pero diferentes a italianos y creemos que muy diferentes a los griegos. Nos gustan las terrazas, bares, peluquerías. Nuestras madres son un valor fundamental, pero el mundo nos ha recordado que hay siglos de machismo. No obstante las mujeres pesan y mandan. Nuestros políticos son torpes y bastante inútiles en general, históricamente. Nuestra sentido de la vida es menos espiritual que antes, pero pesa en nuestro final, creemos ser trascendentes sin pensar mucho. Poco pragmáticos, más anárquicos que ordenados, calurosos, ni fríos ni calculadores, para dos días que vas a vivir. Dicen que Nadal y Pau Gasol son ídolos junto a otros deportistas, ya no lo son los toreros. El verdadero ídolo es El Lazarillo de Tormes, anónimo..." y siguió hablando el profesor entre plato y plato." Somos un enclave estratégico, lugar de paso, nos han invadido demasiado,  para bien y para mal somos víctimas de nosotros mismos..."
Amén.
Yo pensé el juez Marchena es español por ciencia infusa.

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