miércoles, 9 de junio de 2021

Compulsivo.

Tengo que volver sobre el presidente del gobierno, mi gobierno, prometo que será la penúltima vez, aunque es aburrido. Recuerdo una película protagonizada por Jim Carrey donde todo lo que hacía era él como siempre, sobre él, sus sobre actuaciones, su genio sin duda. La película era de niños, en castellano se titulaba "Mentiroso compulsivo", 1997, a los niños y a mi nos gustaba. Un abogado de éxito, mucho éxito, sin escrúpulos, lo gana todo, lo pisa todo. Su hijo le quiere, está divorciado, su mujer inicia una nueva vida (menuda frase me ha salido), el chaval pide en su cumpleaños un deseo: que su papá no pueda mentir 24 horas. Esto le pone en un verdadero aprieto en su trabajo, el juicio que lleva entre manos de millones de dólares, su jefa. Tiene muchos momentos buenos. Una vez en el ascensor de su oficina, se tira un cuesco, entre dos piedras feroces, que decía un amigo mío de esos mortales, que huelen que duelen. Al abrir las puertas de su piso se vuelve porque no puede mentir y dice: Si he sido yo. Todos con caras horrorizadas, manos en las narices, nadie se ríe en el ascensor. El presidente del gobierno de España no es Carrey, ni tan gracioso, parece que quiere pasar a la historia por su magnanimidad, tiene la osadía de pedir que se confie en él. Solo le falta decir: en mi, aunque haya sido yo. Vaya persoanje que nos ha tocado, nos hemos buscado o nos merecemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario