miércoles, 2 de junio de 2021

Química.

La química, la química, la química, me gustaba la asignatura, me parecía clara, comprensible, sin dobleces, te explicaba la vida con la nitidez de las matemáticas, el punto de la filosofía y la sencillez de la fe. Había un profesor de química muy bueno como docente, muy buena persona, que no se imponía porque pensaba que los alumnos de 14/15 años eran personas educadas que podrían comportarse como adultos educados, de pronto se agarraba unos cabreos importantes, creo que nunca pensamos que fuese humano con vida propia, se contenía, explotaba rojo de ira, decía:' " saquen papel y lápiz", en realidad más bien pluma, como yo, o boli,  y empezaba a recitar las preguntas de un examen sorpresa, fórmulas, sin admitir la vorágine y el ruido de la clase, repeticiones; sino entendías la pregunta a la primera estabas perdido; normalmente eran cinco preguntas, pasado un tiempo corto, se oía su voz: recojan. Luego sólo cargaba a los verdaderamente petardos o sea que no daban un palo al agua, se llamaba Ferrer, el Ferrer para los amigos y enemigos. Hoy pensaba en eso que es tener química con las personas, química de toda la vida, química instantánea, química recuperada, química descubierta, química que nunca encuentras. Recuerdo a mis amigos con lo que desde el primer contacto tuve buena química y ahí siguen.

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