Ninguneados.

Creí que en la cárcel se adelgazaba, te alargaba la vida, regulaba la tensión arterial, al llevar un régimen más sano, otra vez me equivoqué, el preso Junqueras, abad mitrado medieval, es indultado por "su peso en la relación con España" o " es el momento de la política y pasar página", un discurso que firmaría Francis J Underwood si no fuese ficticio;  quizá una lección a aprender, sería enseñar en las escuelas que las palabras, las frases, tienen un significado aunque las pronuncie un político llamado profesional, que nunca ha hecho otra cosa. Ahí Francis Underwood había dado el callo. Una vez consumada la firma debo tomarme un descanso, sólo pienso en cómo se cuecen los asuntos por trascendentes que sean, sólo pienso en todos los que viven en Cataluña votan en elecciones a la Generalitat y no están de acuerdo, su voz se queda apagada como si sean los que sean, en número, no pinten nada. Igual sucede con los españoles del resto ¿cuántos? que opinan, que su voz no ha sido oída menos tenida en cuenta. Ya no digo más, queda esperar. ¿El mundo opina que unos cuantos pueden imponer su voluntad y criterio a una mayoría? Es un paso más en una triste historia, absurda, innecesaria, llena de miserias humanas, que es imposible que bien acabe.