viernes, 6 de agosto de 2021

Adios muchacho.

Ni compañero de mi vida ni nada que me inspirase escribir un tango, un jugador de fútbol, muy bueno, abandona el club donde se formó, jugó muchos años, triunfó, le consideran el mejor de su historia, lloran, lloran algunos como lloran en esa tierra, un tanto llorones. Las razones parecen obvias. En primer lugar los hechos de un burofax del año pasado donde unilateralmente cantó su tango de despedida. En segundo lugar la gestión de la directiva pasada con el consentimiento de sus órganos de  decisión y aquellos del fútbol profesional que debe supervisar las prácticas, también ficharon a un excelente brasileño, que luego se fue, de forma extraña. Tercero, la realidad económica del club. Cuarto la imposibilidad de llegar a un acuerdo por lo mínimo que quiere el jugador y lo que el club está dispuesto a abonar , aún intentando largar todo el lastre de contratos sin conseguir hacerlo. El club está por encima de cualquier jugador...ahora. Probablemente se marchará a otro de esos clubs que pueden gastar sin límites ante el efectivo que manejan sus propietarios, estados petrolíferos; unos por el petróleo, otros por los magnates, otros porque son más que un club de fútbol. Entre tanto rival de medio pelo uno va con su bandera limpia y blanca que no empaña, otros con sus complejos, sus armas. Hay que hacer un nuevo equipo, nos costará pero estaremos luchando hasta el final, as usual que dicen por aquí..

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