México, Afganistán.

Dos naciones distintas, religiones diferentes, drogas similares, situación estratégica, intereses de los poderosos, pueblos sufridores. Los talibanes son directos, ya a 50 kms de Kabul, no engañan como en la supuesta democracia mexicana. El señor presidente de México es un individuo mayorcito presidente de uno de los países que más ha sufrido, sufre, con sus políticos de larga mano, en el ranking de corruptos en puestos de cabeza, perjudicado/beneficiado por el poderoso vecino del norte; ahora resulta que la culpa de todo es de los españoles, empezando por Hernán Cortés del cual habla con simple demagogia digna de un tal Sánchez e ignorancia, le falta añadir que Doña Marina, La Malinche, inventó el movimiento #Metoo. Hay mucho sufrimiento en México, es más productivo fabricar otra memoria que atajar los problemas actuales cosa que nunca haría HC con todos sus defectos. Entre México y Afganistán, ambos en los dossiers de The White House eternos sin resolver con más dedicación al mariachi, por la cercanía a Hollywood, que a aquellas lejanas montañas, no deberían existir similitudes, son muchas millas de distancia, continentes dispares y humanos que padecen.