'Here comes the sun', en estos tiempos, por segunda vez he ido a contemplar una salida de sol en el Pacifico, hacer fotos, luego desayunar en una terraza; diana a las 545 am. huevos, bacon, tostadas, café, mucha gente ya de paseo o ejercicio, surfistas, algún bañista, perros, perritos, perrazos, la dolce vida austral, el movil que te informa; Afganistán. Me comentan las escenas, aeropuerto, me acuerdo de lo que escribí hace un mes, Enduring Freedom, de la hipocresía de los políticos, periodistas, manipuladores, lo abundante; no la gente que da el callo fuera en el terreno que tiene que salir, me acordé de Santa Barbara en un amanecer sereno. Cuando acabaron de leerme las noticias empecé a hablar del sol a mi anonadado auditorio, de como Aristóteles lo veía todos los días, el mismo astro, se hacía preguntas, la mayoría de difícil respuesta, muchas inteligentes, interesantes, seguía con su vida, con mucha sabiduría, cierta intuición, mas o menos fortuna. No quería acordarme de Bush ni del otro ni de Obama, ni Trump. Los persas no nos invaden en el oceáno austral, estamos invadidos de mediocridad.
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