lunes, 30 de enero de 2023

Más viejo que el hilo negro.

El sujeto de la foto arriba no es un filósofo, ni pensador siquiera aunque la postura confunda, ni político, ni siquiera influencer, no es el fundador del marxismo. Hay cosas realmente viejas, antiguas, aunque habría que fijar con cuantos años de vejez, en este caso son casi doscientos años de pasado. Después de tantas vueltas no soy original, me refiero al marxismo, una teoría una filosofía;  marxismo/socialismo/comunismo, el manifiesto comunista es de mitad del XIX, Marx/Engels Londres, lucha de clases, materialismo de la Historia, clases oprimidas, clase opresora, burgueses, proletariado, las ideas marxista, junto a Engels evolucionan siempre interrelacionadas con la economía. Ahora bien la fase final del ideario de Marx y Engels es la revolución que se produce con la llegada del comunismo, es decir, el momento por el cual el pueblo, manoseada palabra, acaba con el sistema de gobierno impuesto y crea un nuevo sistema político en el que todo es del Estado y todo el mundo recibe el pago por su trabajo. Hay que reconocer que en el siglo XIX europeo, en el comienzo del XX en muchos países la cuestión de la justicia social, la distribución de la riqueza, liberar al oprimido, son objetivos dignos que movilizan a cualquier humano con cierta sensibilidad. El comunismo es la idea puesta en la práctica, representa un fracaso enorme contra la libertad del hombre, sin embargo incluso en este sigo XXI se siguen mencionando las palabras libertad y democracia cuando se habla de un régimen comunista como los grandes de China o Rusia. Lo es también en el lenguaje de políticos de esta España de hoy, o sus colegas femeninos, lo oyes a miembros del gobierno. De casta le viene al galgo, el jefe del gobierno en 1937 dijo: "el gran amigo de España, Stalin, con quién todos los hombres liberales y demócratas compartirán el común anhelo de encontrar para la Humanidad módulos nuevos de civilización y progreso". Lo preocupante no es que lo digan que vivan de ello, que también, lo preocupante es que el pueblo, la gente, se deje camelar todavía. A Stalin le han dado demasiado balones de oro y es que el comunismo que nació en Rusia, o antes URSS, son maestros en vender humo.

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