domingo, 21 de mayo de 2023

Todo por una mandarina.

 

Ha habido suerte pero también se lo han currado. Ha sido una vuelta al Fiesta Alegre de niño contra los soviéticos tan altos, tan rubios; a Ferrándiz rebote y contraataque, modernidad; ganar en el Ramiro no era fácil, el Pabellón donde iban más mocitas madrileñas y juventud, mucha juventud, hasta se ligaba. Poco a poco el basket me hacía soñar,  vino Juanito Corbalán, desde nuestro colegio y muchos otros, siempre con espíritu mucho espíritu competitivo y el salto a la NBA otra dimensión. La final de la Euroliga  en Kaunas ha sido estupenda contra el Olympiacos de mi amigo Manolis. Los griegos fueron los primeros en la temporada regular, iban de justos favoritos, han jugado muy bien, alguno estupendamente como el MVP Vezenkov, magnífico jugador, de la temporada regular y han perdido por un punto a 3 segundos del final. No voy a analizar el partido que ha sido muy disputado con el Olympiacos generalmente por delante. No hace falta recalcar que los últimos minutos han sido espectaculares y gozosos, además de emocionantes. Me he alegrado mucho por todos los jugadores/entrenador, por mi mismo, pero especialmente llegaban los ..., Rodolfo que no tiraba bien de tres aunque defendiese como siempre; el Chacho que demostraba inteligencia, frialdad, sabiduría y baloncesto, sobre todo baloncesto, moviendo la pelota, al equipo, buscando a Tavares. Y Llull que cuando faltaban unos 12 segundos ha sido el elegido, sus compañeros así lo querían, yo estaba más pendiente del Chacho, posiblemente los griegos también, y se ha colocado en la esquina de la zona ha desafiado al gigante que le intentaba tapar, ha lanzado la pelota con la altura necesaria, a su estilo y bingo. Deo gratias.


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