El famoso robo al tren correo de Glasgow, (1963) millones de libras al cambio actual, con un cerebro gris grande, acabó con británicos en Copacabana, revistas, chicas y películas. En lo carpetovetónico, según Sabina lo primero que hizo el Dioni (robo 1989) al llegar a Río fue mirarse al espejo y decir que tío. Son versiones de cosas parecidas porque no hay dos iguales y las comparaciones son odiosas, ambos hechos delictivos ocurrieron en verano, como las invasiones, relajados. Los protagonistas, en el argot de la pasma eran chorizos, amantes de lo ajeno o listos, listillos, muy listos. Luego la vida les llevó por distintos derroteros. el asunto británico tuvo más glamour, lo del Dioni, aunque efectivo, parecía más chapucero, con menos estilo, el champagne y descorche era el mismo. Ahora tenemos a un señor en la República Dominicana, lugar de don Cristóbal según los de allí, ejemplo caribeño, que fue presidente de la RFEF, que no se ocultaba, que no se parece ni a los del tren de Glasgow ni al Dioni, que dejaba pasmado a cualquiera que le oyese hablar. No obstante estuvo años al frente de un puesto, cuyos antecesores tampoco fueron el mejor ejemplo, le echaron porque se puso a hacer groserías delante de miembros de la Casa Real en un palco oficial y sobre todo por un comportamiento inadecuado con las cámaras de televisión retransmitiendo a todo el orbe. Al politiqueo le interesó sacar partido. Que se le aplique la ley. El verdadero problema es que hay unos responsables políticos que consienten que haya individuos con ese comportamiento sin que se les exija lo más mínimo, simplemente que estén. No sé como acabará esto, pero hoy es Domingo de Ramos, yo nací un Domingo de Ramos y estoy en otras cosas.
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