La publicidad te fustiga, testaruda y repetitiva y ya hay una nueva temporada de Juego de Tronos, Game of Thrones, que a mi la verdad no me dice mucho; después de la primera temporada me saturó, pero, claro, nadie mata a la gallina que pone huevos de oro.
Se acaba el plazo, entre hoy y mañana, los "líderes" se entrevistan con el monarca, parece que no habrá sorpresas excepto las que puedan producirse.
Si hay chistes, muchos artículos, aburrimiento, cansancio, incoherencia, mentiras, supongo que programas de televisión que no veo, y una sensación de falta de categoría.
Eso sí la propaganda de unos y otros te fustiga en este juego por un trono, el trono del poder ¿Para qué sirve?
Glamour, clase, estilo, frases brillantes de guionistas iluminados, no se ven en la realidad cotidiana donde brilla la incoherencia.
Si sucede, lo que parece que sucederá, nos queda otra campaña electoral. Dos meses de repetitivos juegos que no dan dinero (más bien lo gastan) y el panorama de una situación similar a no ser que se produzca una epifanía colectiva.
Cuando votemos ya sabremos el resultado el referendun en UK, donde se equivoquen o acierten, la Historia demuestra que su sentido de hacer política es mucho más avanzado.
Nos queda la esperanza de la recuperación del gran Rafa Nadal, que parece preparado para el reto de París. Allí le espera Francia entera para ver si cae, empezando por aquella ex ministra, de cuyo nombre no quiero acordarme.
Y en medio de todo, lo que preocupa realmente al ciudadano es muy variopinto, tanto que va por barrios.
Empezará el calor, proliferarán las terrazas (más todavía); unos y otros intentarán hacer planes para veranear, derecho sagrado que no puede uno saltarse y el llegar a fin de mes se convertirá en la lucha de cada día para la inmensa mayoría.
De mejorar esa situación es de lo que se trata, el resto es humo.
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