Hoy sorteo de Champions. Cuatro equipos cuatro entrenadores, todos muy conocidos, alguno mediático, icónico y demás sandeces.
Quizás habría que darle el título de campeón ya al del Manzanares, Sr. Simeone. No sólo ha hecho un equipo competitivo con el más bajo de los presupuestos, gran rendimiento y cambio de jugadores, sino que ha creado el público, los que van al estadio, que son mejores personas, entienden lo que es la vida y siguen a su mesías que alza los brazos demandando su apoyo incondicional, comprensión de su filosofía y forma de entender la vida sin ir a clase, ni estudiar; inyecta valores en vena y desconozco si son conscientes de tantas enseñanzas recibidas. Un fenómeno.
Debería sentarse en las negociaciones con uno de los partidos que pregonan ideas tan claras como las suyas para formar gobierno.
Los más de cincuenta mil que llenan el estadio del Atlético de Madrid son españoles pero deben ser del top de los hispanos (aunque conozco a varios que van y no me parecen tanto, la verdad).
Me considero uno de esos otros estúpidos, cortito de mente, porque para mi simplemente el Cholo, competitivo jugador es un competitivo, excelente entrenador que no ha descubierto nada, ni es algo más. Es justo semifinalista ante un rival perdido, hundido, sin capacidad para reaccionar por causas para mi desconocidas; pero según él no fue así, lo provocó la fuerza de los valores que inculca el "profeta" argentino, que a lo mejor en Italia pega en el futuro y al cual me gustaría ver en inglés..
Entre los otros tres entrenadores semifinalistas hay uno que usaba otra política, también "profeta" en el nordeste, muy buen jugador en su tiempo, y también apelaba a la raza, "valors", grupo sanguino y lengua de sus aficionados, como elementos imprescindibles para la excelencia; en Alemania no le vale ese discurso en su gran labor y pronto en UK, Premier, ni se le ocurrirá.
El chileno del Manchester City procura no molestar es técnico no profeta.
Yo me alegro de tener al callado, excelente elegante ex jugador, Zidane; más fino con el balón que los otros tres y debutante ahora en el banquillo, que no intenta aleccionarnos en tan altas metas y si pretende que ganemos y juguemos al fútbol. Habla poco, no pontifica y me pega más a mí estilo, harto de tanto populista que nos rodea.
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