Hay momentos de despiste, incluso en el verano, pero entre el amodorramiento por el calor o el refresco de una brisa salvadora, nada se escapa de la noticia.
La afluencia de tabletas (no fruto de la gimnasia y el esfuerzo), smarts y otras delicias, hace que estés enterado de casi todo.
En la Ibiza irrecuperable, no llegaba ni el periódico; los de Madrid con retraso y los de Barcelona más seguros, de hecho tenías que ojear el diario "Dicen" ( desaparecido en los ochenta) para ver las tonterías de fichajes o torneos veraniegos. Entonces los futbolistas no iban a la isla, ni alquilaban yates, los famosos que la frecuentaban tenían más estilo.
Llegan las no noticias de los intentos de conseguir un presidente en las Españas y no son muy esperanzadoras, ni los Juegos Olímpicos de un Brasil titubeante, ni los vicepresidentes para ayudar a los candidatos USA, ni el crecimiento económico, y nadie habla de ideas que alteren los acontecimientos.
Es chocante comprobar la zozobra cuando al lado de tu hamaca la ola no tiene ni fuerza para mojar; sin embargo algo pasa cuando surgen asesinos en forma individual o coordinada que están dispuestos a morir.
Nos comportamos como mentes tipo medio o bajo que hablan de acontecimientos o personas respectivamente, parafraseando a Eleonor Roosevelt.
Dicen que el regalo más preciado del ser humano es la vida, luego ¿por qué estamos dispuestos a morir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario