viernes, 8 de julio de 2016

La sabiduría de una banda de rock.

"Ser gilipollas y estar dispuesto a admitirlo", me pregunto si esa es la fórmula. Un mucho de sinceridad y un muy poco de estilo.
Lo dice un componente histórico de Red Hot Chillie Peppers, ante las preguntas de un periodista. Seguramente harto de que le pregunten, aburrido, queriendo ser original, promocionando nuevo disco a su edad, manteniéndose cool y provocando, pero quizás también con sinceridad.
Llega un  momento que el conocerse a si mismo no son todo desventajas, de hecho podría ser un digno propósito del ser humano para no dar tantos tumbos.
Sócrates lo extrajo del templo del oráculo en Delfos, como resumen de sus intenciones y a lo mejor esta banda de rock de Los Angeles, compuesta por carrozas con ilusión que siguen grabando canciones y actuando, lo ha descubierto en un viaje alucinante.
Han cambiado algunos de sus componentes, otros son originales, han cumplido ya los 50 y ahí siguen. 
De los grupos de rock u otra variante de la música de la segunda mitad del siglo XX nos quedamos casi siempre con la fachada. Unos tipos que van a su bola, pasan de todo y consumen de casi todo. Lo normal es que no lleguen a viejos, las sustancias acaban con ellos a esa edad de los 27 años, sin tiempo para despedirse; viven muy deprisa y mueren muy rápido.
Algunos envejecen como los RHCP..
Han tenido suerte porque se podrían haber quedado en el camino como otras muchas estrellas del rock, pero con la experiencia, la fortuna, en todas sus interpretaciones y lo que hayan puesto de su parte, ahí están.
Me hubiese gustado ver la reacción de Sócrates ante está máxima que no está grabada en un frontal sino que vaga por la red, lo cual hubiese sorprendido al filósofo.
En cualquier caso, Sócrates no hubiese sido tan mal educadamente categórico, cuestión de estilos

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